miércoles, 30 de junio de 2010

¡Qué desastre!

Todo se fue a la basura en el momento en el que el coche de seguridad salió a la carrera. Cómo es posible que sólo Ferrari saliera perjudicada y además de forma tan evidente. En este sentido la jugada de Hamilton le salió mejor de lo que pensaba, porque además que Kobayashi se quedara tercero le permitió salir del drive trhoug de rositas, como si nada hubiera ocurrido. Pero más allá de todo lo que ocurrió por la salida del coche de seguridad quiero apuntar a un único culpable de todo esto.

Desafortunadamente para todos el peor Webber ha vuelto. El piloto incapaz de afrontar la presión, el que se dedica a defender en lugar de atacar, el que se arruga y que cuando la pifia empeora la situación intentando arreglarlo. Esto es lo que pasó el domingo. Webber, como Alonso, salió por la parte sucia de la pista, pero a diferencia de Alonso salió a defender la posición. Resultado, de la tercera posición pasó a la novena. Con todo perdido decidió entrar a poner duras. Al volver a la pista está último y en su remontada sólo se le ocurre cogerle el rebufo a un Lotus. A Webber le falta creerse que lleva el mejor coche, ¿cómo se le ocurre ponerse al rebufo de un coche infinitamente más lento? Resultado, un accidente escalofriante y marrullería de Hamilton.



El enfado de Alonso era más que evidente, tenía el podio en su mano pero el coche de seguridad lo envió a un más que decepcionante noveno puesto, que se  convirtió en un ridículo octavo (ojo, siempre desde la perspectiva de alguien que está luchando por el título, ojalá que De la Rosa estuviera siempre en esas posiciones). Espero que esto le sirva para que deje de conformarse con segundos y terceros y vaya a por la victoria de una vez, que con solo Barhein no sirve para ganar un mundial.

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